Por Belisario Arturo
Me encanta conversar con el Huemul, siempre me trae alguna de las suyas, temas simples, pero que en su hocico, adquieren connotaciones sugerentes, juzguen Uds.
-Me gustan las carreras a la chilena, comenzó, porque tienen la misma oralidad, inmediatez y brevedad de los juicios penales actuales.
En medio de un público bullicioso y tallero compuesto de caballeros, rotos, güeñis, señoras, señoritas con sus niños, apostadores y serios depositarios, están los caballos de la competencia con sus jinetes. Puede que falten o hayan pocos caballeros o rotos elegantes vestidos de huaso, o señoras, señoritas, niños, etc. Pero, lo que siempre habrá es una cantidad de perros de todos los pelajes, para ellos es válida la misma clasificación que acabamos de hacer de las personas - aunque se discute si los güeñis son personas – Los perros son omnipresentes: están en la calle, en las ramadas, en
Para molestarlo le manifiesto al Huemul mi total apatía frente a su relato y le agrego que no me gustan las carreras, ni los perros, ni las aglomeraciones. – Bueno me dice, casi conciliador, ¿y, tampoco te gustan las carreras presidenciales?
De las conversas del Huemul tengo siempre que arrancarme, y el lo sabe, por eso, no se da pausa. - Te has fijado me dice, lo lanzadas que está las féminas. Aparento no saberlo y el Huemul me increpa: no seas pacato, ni mentiroso, yo creo que ni un solo día te pierdes los avisos de nuestro prestigioso diario ni de algunas radioemisoras. Tiemblo al pensar que pueda saber el Huemul, conjuntamente con don Marco Antonio de
Me he quedado pensando que misterio encierran estas conversaciones que me hace el Huemul. No quiero pasar por tonto otra vez.
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