domingo, agosto 09, 2009

COSAS DEL FOLCLORE

Por Belisario Arturo

Me encanta conversar con el Huemul, siempre me trae alguna de las suyas, temas simples, pero que en su hocico, adquieren connotaciones sugerentes, juzguen Uds.

-Me gustan las carreras a la chilena, comenzó, porque tienen la misma oralidad, inmediatez y brevedad de los juicios penales actuales.

En medio de un público bullicioso y tallero compuesto de caballeros, rotos, güeñis, señoras, señoritas con sus niños, apostadores y serios depositarios, están los caballos de la competencia con sus jinetes. Puede que falten o hayan pocos caballeros o rotos elegantes vestidos de huaso, o señoras, señoritas, niños, etc. Pero, lo que siempre habrá es una cantidad de perros de todos los pelajes, para ellos es válida la misma clasificación que acabamos de hacer de las personas - aunque se discute si los güeñis son personas – Los perros son omnipresentes: están en la calle, en las ramadas, en la Medialuna, en los vehículos y, por supuesto en la cancha y, aquí es donde la cosa se pone buena, porque ellos está atentos a lo que está sucediendo y cuando se da la largada, corren con los caballos, aunque a media carrera van quedando atrás, algunos distanciadísimos, otros quiltros mejor alimentados y faranduleros aguantan más y no falta el que sigue corriendo después que la competencia ha terminado. Pero, estas carreras son “pa, animales grandes,” como habría dicho don Onofre Jarpa, y nunca se ha sabido que un perro gane una carrera de caballos. Pero, ellos están tácitamente autorizados para participar y nadie se enoja por eso; ellos disfrutan y vuelven felices escoltando a los pingos. Los periodistas los incluyen en sus crónicas y hacen latos y sesudos comentarios de sus saltos y ladridos.

Para molestarlo le manifiesto al Huemul mi total apatía frente a su relato y le agrego que no me gustan las carreras, ni los perros, ni las aglomeraciones. – Bueno me dice, casi conciliador, ¿y, tampoco te gustan las carreras presidenciales?

De las conversas del Huemul tengo siempre que arrancarme, y el lo sabe, por eso, no se da pausa. - Te has fijado me dice, lo lanzadas que está las féminas. Aparento no saberlo y el Huemul me increpa: no seas pacato, ni mentiroso, yo creo que ni un solo día te pierdes los avisos de nuestro prestigioso diario ni de algunas radioemisoras. Tiemblo al pensar que pueda saber el Huemul, conjuntamente con don Marco Antonio de la Parra, de mi Secreta Obscenidad de Cada Día. Escucha cínico me dice: Me llamo Lolita Livi, lindo cuerpecito; Mi nombre es Cecilia Anaís, te espero en pañitos menores; Yo soy Claudia Pía y puedo satisfacer tus fantasías; Te espera Rebeca Macarena, el torero se ve en la arena; y, yo soy la María Paz, mi deseo es ir a tu domicilio a conocerte y que tu me conozcas, boquita juguetona y linda colita.

Me he quedado pensando que misterio encierran estas conversaciones que me hace el Huemul. No quiero pasar por tonto otra vez.

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