Este artículo no fué publicado por el diario La Discusión, por no entender la importancia de su alcance o por entenderla demasiado bien.
CONCESIONES ELECTRICAS ETERNAS
La señora Flavia
Liberona, Directora Ejecutiva de la Fundación Terram, nos hizo saber en La
Discusión del día 27 del presente, su
opinión sobre la Ley – a punto de aprobarse en el Congreso – destinada a
agilizar la entrega de concesiones eléctricas.
Su artículo ponderado y
debidamente fundamentado, indica que la actual legislación eléctrica está
contenida en el DFL N° 4 que modifica el
DFL N°1 de 1982, cuando no existía discusión parlamentaria. Lamenta la autora
que en lugar de haber hecho una revisión, actualización y armonización con
otras normas, como la ley ambiental, el Ejecutivo haya centrado su proyecto de
ley en la agilización del procedimiento de entrega de concesiones. Señala
luego, varias otras ventajas que ya tienen los solicitantes, como el hecho de
que las concesiones se entreguen a perpetuidad, para concluir, en que si los
diputados no rechazan “algunas de las indicaciones introducidas en el Senado, se establecerá por
Ley la supremacía de las eléctricas por sobre los derechos de las personas.”
Mi
acuerdo con la señora Flavia es absoluto. Mas, mi preocupación mayor, está en
ese hecho increíble e inaceptable en ninguna forma, de que las concesiones se
entreguen a perpetuidad. Por eso, yo emplazo a todos los parlamentarios y a
todos los presidenciables, en especial a las señoras Bachelet y Mathei, a que se
pronuncien sobre el tema y me den, si es del caso, una sola razón que permita enajenar, del modo
dicho, una parte del patrimonio nacional, como es la energía y belleza de nuestros
ríos, esteros y lagos - que la Endesa sorberá hasta la última gota
– ¿Saben estas personas en cuanto tiempo recuperan los concesionarios los
costos de instalación? Los años que sean, que sabemos son muy pocos, para
después la energía de nuestras corrientes de agua será suya para siempre. Si
esto no es vender la patria, que alguien me ilustre sobre qué es. Pero, por
sobre todo, quiero que me digan cómo puedo entender que el Ejecutivo y el
Parlamento hayan podido aceptar esta iniquidad por tanto tiempo, sin entender
su alcance o entendiéndolo demasiado bien.
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